Argentina atraviesa una vez más por una crisis económica y volvemos a escuchar una y otra vez los mismos argumentos, los mismos problemas y peor aún, las mismas recetas. Ya lo decía Einstein “si quieres resultados distintos … no hagas siempre lo mismo”

La imagen de país rico que supimos conseguir, llegando a tener el PBI más alto del mundo allá lejos en 1895 y que escuchamos hasta el cansancio, lamentablemente ha desaparecido. Lo que configuraba riqueza y prosperidad en el siglo pasado ya no lo es en plena era de innovación y cambios disruptivos. Hoy la medición y aporte de valor agregado marcará la real diferencia entre ser un país sustentable y desarrollado o sencillamente no serlo.

Y es en este contexto complejo donde Argentina debería centrar el esfuerzo por hacer la diferencia y crear valor. El país cuenta con talento, que es exportado a todas partes del mundo, a costos competitivos y con rendimientos en términos de performance superiores al promedio de la región. Cuenta también con cinco unicornios y un ecosistema emprendedor en constante crecimiento y desarrollo. Estas deben las bases para un crecimiento sostenido. La industria del conocimiento ha llegado para quedarse y contamos con inmejorables herramientas para hacer de esta industria sin chimeneas una locomotora para su crecimiento. La creación de startups dinamiza la economía y crea empleos genuinos. En Argentina se estima que el 80% del empleo está generado por Pymes.

Mucho se ha hablado de los startups, de la importancia del equipo de trabajo, la flexibilidad, la necesidad de fácil acceso a financiación, la resiliencia ante el fracaso y de tantas otras cosas. Todas ellas importantes, pero nada de ello sería suficiente si no contáramos con el marco necesario para que estas compañías crezcan y se desarrollen.

Por eso celebramos la promulgación de la Ley de Economía del Conocimiento (recientemente reglamentada) la que extiende y amplia los beneficios de la Ley de Promoción del software agregando más actividades dentro de su objeto. Esta ley conjuntamente con la Ley de Emprendedores, la Ley PYME y en el futuro la Ley BIC (para empresas de triple impacto)  entre otras, ayudaran a crear las mejores condiciones para el desarrollo del ecosistema emprendedor, contribuyendo de manera sostenida al crecimiento económico.

Los puntos más destacados a tener en cuenta:

–           Amplía su cobertura más allá de la producción del software a otras actividades tales como: producción audiovisual, biotecnología, nanotecnología, industria aeroespacial entre otras

–           Reunir al menos dos de estos requisitos: normas de calidad, erogación en I + D o capacitación, acreditar exportaciones

–           Otorga estabilidad fiscal

–           Bono de crédito fiscal

–           Tasa reducida del impuesto a la ganancias

–           No son sujetos de retenciones y percepciones de IVA

–           Pago a cuenta del impuesto a las ganancias por gravámenes análogos pagados en el exterior

–           Pago de tasa de hasta el 4% sobre el monto del beneficio fiscal obtenido

–           Aporte de hasta el 1,5% del beneficio fiscales obtenidos al FONDCE (Fondo Fiduciario para el Desarrollo del Capital Emprendedor)

Fuente: https://www.cronista.com/columnistas/Ley-de-Economia-del-Conocimiento-es-ahora-y-es-por-aca-20191021-0057.html