En la actualidad, se asocia a las startups con conceptos como la innovación y la disrupción debido a su flexibilidad, dinamismo y las posibilidades de un rápido crecimiento.
Lamentablemente de cada 100 startups, 90 fracasarán. Sin embargo, hoy la percepción del fracaso es diferente y empezamos a entenderlo, como el comienzo del próximo proyecto. Algunas de las cuestiones que se deberán tener en cuenta para evitarlo son:
1. Elegir adecuadamente el marco legal
Esta elección va más allá de una simple formalidad. Deberán tenerse en cuenta, entre otras cosas, la futura (y casi segura) internacionalización de la compañía, la vehiculización de los flujos de fondos, los inversores, etc. y por ende el tipo societario es trascendental. Cualquier cambio que deba hacerse a posteriori implicara el desembolso de costos extras. Evaluar cuál es el tipo que mejor se adapta a la compañía desde el inicio, será un ahorro de tiempo, dinero y disminuirá el nivel de contingencias.
De hecho con la recientemente sancionada Ley de Emprendedores, se tendrán todas las facilidades de las SAS (Sociedad por Acciones Simplificada) pensadas especialmente para startups.
2. Aprovechamiento de incentivos y programas
Toda startup tiene recursos limitados y sobre todo en el inicio de sus operaciones. Existen muchos programas pensados para ayudar a su crecimiento. Si bien no son montos millonarios, muchas veces contar con este financiamiento puede ser la diferencia entre una que sobrevive y una que no. En general son de fácil acceso y poco burocráticos (justamente pensado para este tipo de compañías).
Podremos encontrar desde programas con incentivos para capacitación a través de la entrega de bonos de crédito fiscal hasta programas apoyando diversos proyectos a través de la entrega de aportes no reembolsables. Asimismo, deberá evaluarse el poder aplicar a determinados beneficios impositivos como ser los incluidos en la Ley de Promoción del Software o de la Ley Pyme para citar algunos ejemplos.
3. Armado del equipo
Definir qué es lo más importante es un desafío para sus fundadores. Obviamente está la idea o producto, el financiamiento y la tecnología, entre otras. Pero sin dudas que uno de los más relevantes es el equipo, sin uno bueno el proyecto indefectiblemente fracasará. Deberemos encontrar gente que mas allá de sus habilidades y experiencia compartan la visión del proyecto y tengan el mismo grado de compromiso y sacrificio que seguramente llevará, sobre todo en un comienzo. Será importante formar un equipo interdisciplinario, con perfiles complementarios y con un equilibrio razonable entre especialización y diversificación.
4. Tener un adecuado asesoramiento financiero
Es un error creer que invertir en un buen asesoramiento financiero no agrega valor al proyecto. También es un error pensar que es un costo que una startup no puede afrontar. El pensar que “con un Excel me arreglo” puede ser un grave error que indefectiblemente traerá consecuencias negativas en el futuro, ya sea desde el punto de vista impositivo, legal, societario o laboral, por destacar algunos.
Los founders deben invertir sus energías en hacer crecer el negocio y poder situar su startup en el selecto grupo del 10% que sobreviva, tercerizando todo el compliance y el reporting. Hoy hay sistemas amigables y flexibles en la nube, sencillos de operar y de bajo costo.
En conclusión, empezar prolijos desde el minuto 1 traerá beneficios y ahorro de costos en el futuro. Disminuir a casi cero las contingencias nos encontrara mejor parados ante un Due Diligence, que seguramente en alguna etapa vendrá, ya sea por una posible venta o por la entrada de nuevos inversores.